martes, 1 de septiembre de 2009

EL LOBO DE GUBBIO



-ME LLAMO LUPO
-SOY EL LOBO DE FRANCESCO
-DISPONGO DE UN JARDÍN EN EL MUNDO DEL OTRO LADO
Yo me llamo LUPO. Ese es mi nombre en italiano,aquí me llaman el lobo de Gubbio o el lobo de Francesco,el Santo de Asís.
Yo era un lobo que en la época del Renacimiento Italiano,vivía en Gubbio,un pueblo cercano a Asís,donde el santo tenía su convento.
Entonces todo el pueblo de Gubbio vivía horrorizado conmigo porque como durante los inviernos en Umbría hacía mucho frío y no encontraba nada de comer,ni para mi ni para los otros lobos de la manada,pues atacaba a todo lo que se movía por el bosque,fuera conejo o fuera cordero apartado de su rebaño.
No podéis imaginar cuántas ovejas pequeñas como Keka me he comido yo en aquellos tiempos. Como es lógico en el pueblo me tenían muchísimo miedo.
Un día vi venir a un hombre que al verme,en vez de escapar corriendo como hacían todos,se paró delante de mi y sonrió.
Era Francesco.
Un hombre difícil de describir.
Puedo deciros que yo saqué todos mis dientes y me puse a todo gruñir con el hocico arrugado y la cara más feroz de la que era capaz.
Pero Francesco no solo no salió pitando como todos a mi vista,sino qque agachándose y poniendo sus ojos a la altura de los míos,me acercó el torso de su mano a mis dientes amenazantes.
Su mirada inocente era desarmante porque no se parecía en nada a los ojos cargados de odio con los que los humanos nos perseguían y daban caza a los lobos.
¿Qué pasó ? Sus ojos y los míos entraron en sintonía.
Hice una cosa que jamás ha hecho un lobo. Le moví la cola y lamí el dorso de su mano tendida.
Desde aquél momento nunca más nos separamos,fui el compañero inseparable de Francesco.
Fuimos juntos a Gubbio y les explicó a los del pueblo que yo no era malo,que lo que me pasaba es que tenía hambre y que si ellos me daban algo de comer seríamos amigos.
Y así fue. Amigos para siempre. Tanto es así que me llaman el lobo de Gubbio y en el pueblo hay estatuas y figuras mías por todas partes. Francesco en casi todas partes donde es venerado como Santo,aparece conmigo a su lado.
Como ya sabéis Francesco amaba la Creación y todas sus criaturas,incluso predicaba a los pájaros.
Aquí,en el Mundo del Otro Lado,dispuso un jardin con un Lago Azul y un Bosque Amigo para que yo pudiera recoger a todos los animales muertos y abandonados y traerles aquí donde viven de nuevo.
Aquí nadie hace daño a nadie y vivimos esn ese estadio de “inocencia primitiva” que Jean Jacques Rousseau imaginaba existió alguna vez entre los hombres y que yo pienso,sin embargo,existe solo entre los animales.
Yo,querida Bimba,también colaboraré con tus amigos en la búsqueda de Chipi para rescatarlo de las garras del Ogro Agamenón.

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