miércoles, 17 de noviembre de 2010

PIPPO EN EL DIVÁN DEL PSICOANALISTA



-ESTOY ANSIOSO.
-NO SOY CONSCIENTE DE SER UN PERRO.
-TENGO EL SÍNDROME DE PETER PAN
Pues queridos perriamigos y gatiamigos, después de aquella jornada destructiva que me obnubiló, mis amos se quedaron pensando que podían hacer conmigo si alguna vez me tenía que quedar solo.
No querían comprender que a mi me pone de los nervios estar solo. !Los perros somos animales sociales, que caray! Nuestros amos deben de comprender que si quieren una mascota tranquila deben de comprarse un camaleón y ponerlo en un terrario.
Por lo tanto no sé porque se les metió en la cabeza llevarme al veterinario, a mi que no me gusta nada ir al veterinario porque siempre me pone alguna inyección.
Pero no hubo nada que hacer. Me llevaron al veterinario y ya está.
El veterinario después de hacerse contar todo lo que pasó aquél día nefasto-destructivo, y que además mis amos a mala idea no omitieron nada, ni los muebles caídos,ni la alfombra hecha girones...y, hasta incluso, con sadismo antimascota, le contaron lo de los dos agujeros en la pared, que dicho entre nosotros es lo que más trabajo me había costado hacer...pues bien, el veterinario me miró con ojos severos y dijo:
-El perro no sabe de ser un perro, el problema de ustedes es que no le han hecho aprender al perro que es un perro. Por lo tanto lo primero que tienen que hacer es educarle como a un perro y no como a un nieto.
A mi esa historia no me gustaba mucho porque yo siempre he sabido de ser uno de la familia y ya está...¿Que es eso de que yo soy un perro?
-Además no solo no sabe de ser un perro sino que también no quiere dejar de ser un cachorro y afrontar la adolescencia. Tiene una especie de síndrome de Peter Pan, por lo tanto si ustedes no lo educan, dentro de algún año cuando Pippo sea adulto será igual que un hombre de 80 años que se cree y se comporta como un bebé.
Bueno, ésta historia que dice el veterinario me está molestando muchísimo, la considero una intromisión inaceptable en mi privacidad. Si yo no quiero crecer, pues ya está, no quiero crecer y basta. !Que le importa a éste señor de la bata blanca! Que se fije en su perro y a mi que me deje en paz...
Le contaron también la historia de la pirula que muchas veces está fuera de su sitio y me la muerdo...hasta incluso a veces me he hecho un poco de sangre.
-!Ah!...es que puede ser un poco de satirismo, en realidad el perro está en la edad adolescente y tiene sus primeras sensaciones sexuales. Se le pasará con el tiempo.
También le contaron la historia mía con Hacker, el perro blanco de los vecinos. La verdad es que hay un romance entre los dos y cuando nos vemos nos damos unos revolcones de cuidado.
-No, el perro no es gay- ha dicho el veterinario-es por lo del satirismo que decíamos antes. Ya le buscaremos una perrita como él cuando tenga la edad.
-Lo de la patita se lo tendremos controlado. Si más adelante empeorara no descartemos de operarle. De momento es un defecto muy pequeño como ya vimos en la radiografía que le hicimos el otro día.
!Lo que faltaba! Con lo que me molestó la anestesia de la dichosa radiografía si excluyo el “viaje astral” que me llevó al jardín de Francisco donde pude encontrar a Bimba y los otros perros.
Nos hemos vuelto a casa muy pensativos.
Dicen que me tienen que “reprogramar”. Ademá han comprado una jaula muy grande llena de juguetes de perro donde me temo que me van a dejar si se van al restaurante como el otro día.
Como es una especie de casita yo entro por mi voluntad y juego con los juguetes. Dicen que parece que me voy acostumbrando a ella. Ya os contaré.