miércoles, 12 de octubre de 2011

FUI EL PRIMER PERRO FAMILIAR.ERAN JÓVENES Y GUAPOS




-YO ERA EL PRIMER REGALO DE SAN VALENTÍN
-MIS AMOS ERAN JÓVENES Y GUAPOS
!Ay, querido Pippo! Me parece bien que hagas de perro-periodista aquí en el Mundo del Otro Lado y sobre todo estoy contento de que hayas venido al Jardín de Francisco, pues aquí estoy desde hace muchísimos años manteniendo largas conversaciones con el lobo Lupo, a la espera de volver a ver a mis amos cuando lleguen aquí y vengan a recogerme, claro, tenemos mucho tiempo los que vivimos en la eternidad.
Te contaré Pippo que como ves soy un perro pekinés, que en China somos el símbolo de la sabiduría.
Por eso,yo, a diferencia de ti - perro inquieto, gruñón, de pelo duro y ladrador- para exasperación de la Dama de Girasoles, te diré que yo era una mascota silenciosa y
observadora, aterciopelada, con el pelo largo y suave. La discreción en persona, vamos. Raramente ladraba porque el ladrido hubiera estorbado mis pensamientos en los que en general estaba sumido pensando en el destino de los hombres y los perros.
Pues bien, siendo yo un cachorro tan pequeño como un ratón, que con otros tres hermanitos vivía a la espera de un buen amo que me eligiera, los vi a través del cristal del escaparate. !me gustan! -dije para mi- me alcé sobre mis patas traseras, apoyé las delanteras en el cristal y comencé un agitado movimiento de cola para llamar la atención. !!!Mírame !!! !!!Mírame!!! !!!A mi!!!
!Ay, que tiempos! Eran jóvenes, guapos, sonrientes, hacía poco que se habían casado y era el día de san Valentín. La Dama de Girasoles quería un regalo, el primer regalo de San Valentín.
Pero la Dama miraba insistentemente a un gato persa que estaba cerca de mi.
Ocurrió que el que iba a ser mi amo se fijó en mis saltos y piruetas y dijo. “A mí casi más me gustaría ese perrito tan pequeño”.
Entraron en la tienda y me tomaron en sus brazos con delicadeza, digamos que yo cabía en una mano, por lo tanto yo estaba extendido en la palma de la mano agitando la colita. Los dos sonrieron...!Y me llevaron con ellos!
Éramos muy felices en aquellos tiempos, todos los días íbamos de paseo por el Retiro, en aquellos años estuvimos viviendo en Italia y luego volvimos a España, nacieron las dos niñas de la casa y con ellas jugaba muchísimo, fueron años de felicidad para todos, la vida nos llevó de nuevo a Italia, los veranos los pasabamos en España en la casa familiar donde pasábamos los veranos.
Pasó una cosa horrible. Como yo bajaba solo al pinar a dar un paseo y luego volvía a casa solo, pues resulta que me secuestraron. !Horror! Lo pasamos muy mal sea yo como mis amos. Durante un mes seguido me buscaron por todas partes. Nada. Como tragado por la tierra.
Como en casa estaban muy tristes y pensaban que me había muerto atropellado, decidieron comprar otro perro.
Era un téckel como tú, pero de pelo liso, marrón. Un día, ocurrió el milagro, vieron que una señora iba muy ufana conmigo debajo del brazo, yo cuando ví a mis amos comencé a ladrar como un desesperado. !!!Aquí!!! !!!Aquí estoy!!! Cuando se dieron cuenta que era yo me cogieron con gran alegría por mi pàrte.la mentirosa señora no dijo que me había secuestrado sino que me había encontrado, se disculpó y me devolvió a mis amos.
Los siguientes años vivíamos juntos el perrito Clown-así se llamaba- y yo. Me costó dominarle y ser yo el jefe de la manada porque él era más grande que yo, pero lo conseguí. Él no podía vivir sin mi, me seguía a todas partes y lloraba si me perdía de vista. Me respetaba mucho, dormíamos juntos en el mismo cesto como en una lata de sardinas.
Fueron años de muchos viajes en barco, coche y avión. !Éramos dos perros de mundo!
Desgraciadamente los años no perdonan y yo era cada vez más viejo, tomaba una pastilla para el corazón y estaba ciego. Me cuidaban mucho.
La última Navidad, volvíamos siempre a España, yo estaba tan, tan viejo que mis amos pensaron dejarme en casa de una amiga y llevarse solo a Clown. Tanto-dijeron-eran solo diez días.
Pero yo eso no lo comprendí y por mucho que me cuidó aquella señora amiga, dejé de comer.
Y una mañana me encontró muerto.
Cuando llegué al Jardín de Francisco, Lupo me dijo que yo me había equivocado.Que no me habían abandonado, que me habían dejado solo por unos días en casa de una amiga.
Entonces lo comprendí, Pippo, pero en realidad yo me había muerto de pena. Tenía 17 años.
Para mis amos fue muy duro lo de mi muerte. Por toda la vida pensaron que yo me había muerto de pena y no se podían perdonar.
Para el perrito Clown fue un trauma mi muerte. Me buscaba y lloraba todo el día. Si se quedaba solo en casa ladraba como un loco.
Pasaron los años...y un día también él llegó aquí. Y aquí estamos juntos esperándoles.
Debo decirte ,Pippo, que mi vida fue una vida estupenda, también aquí soy feliz ahora que sé que no fui abandonado.
Cuando atravieses la pantalla del ordenador y vuelvas a casa diles a mis amos que les quiero y les recuerdo. Has hecho bien en venirme a ver, Pippo. Un consejo, no seas tan pesado ladrando. Aprende de mi que me llamaban el “perro filósofo.”