-CORRÍA Y CORRÍA CON SU PIERNA NUEVA MARI CARMEN.
-CORRÍA FRANCISCO CON LUPO LLEVANDO ENTRE SUS BRAZOS UN HERMOSO RAMO DE AGITADAS FLORES MAULLANTES.
-A MARI CARMEN. DESCANSE EN PAZ.
Estaba yo todavía en el Jardín de Francisco tumbado cerca de un árbol junto a Lupo que sesteaba y Dogui y Frufrú junto a nosotros después de la conversación que habíamos tenido sobre la vida terrenal de Dogui y Frufrú con su ama Liliana, cuando vi pasar un montón de gatos corriendo y con alegres maullidos que parecía casi como si cantaran. Ésto ha sido hoy por la mañana.
Todos se pusieron a la puerta del Jardín donde esperaba una mujer para que le abrieran después de haber tocado la campana junto al cancel.
El Santo, que estaba cultivando sus rosas y margaritas, levantó la cabeza y gritó con sorpresa su nombre !Es Mari Carmen!
Todos los gatos la han reconocido y el mismo Francisco ha abrazado un montón de gatitos jóvenes y los ha sostenido en sus brazos como si fueran un insólito y agitado ramo de flores maullantes.
Al principio no he conocido a la mujer.
Luego si me he dado cuenta de quién era.
Estaba mucho más joven de cuando yo la había conocido, su cara resplandecía de alegría así como sus ojos. Era ella, Mari carmen de Zizur, amiga de la Dama de Girasoles, y Gran Dama de los Gatos de Zizur.
Y corría, corría hacia el Santo, corría con sus dos piernas. Ya no le faltaba una.
Si porque a Mari Carmen, cojita como yo desde la infancia, la habían tenido que cortar el año pasado la pierna enferma y para ella fue como quedar muerta en vida porque tuvo que irse a una residencia ya que ella no tenía familia, así tuvo que desprenderse de sus gatos que tanto quería.
Para ella desde entonces la vida triste y solitaria de la residencia era una vida invivible y por eso hace pocos días su espíritu abandonó su cuerpo y entró en un negro túnel y largo que al final, iluminada por intensa luz, desembocó delante de la puerta del Jardín de Francisco, donde como ya sabéis quién seguís mis historias, es el lugar donde están el Santo de Asís acompañado por Hermano Lobo, que aquí es llamado Lupo en italiano, porque Hermano Lobo era de Gubbio, pueblecito de Italia.
En éste Jardín, una especie de guardería celestial de mascotas, ellas esperan junto a la Puerta del Cielo cuidadas por el Santo de Asís, llamado el Poverello (el pobrecito) el cual en vida andaba descalzo por el mundo con un sayo rústico y mientras predicaba y ayudaba a los más desafortunados, le rodeaban los pájaros y le acompañaba el lobo de Gubbio.
Maravilloso es su Cántico de las Criaturas que mi ama la Dama de Girasoles recomienda leer, lo encontráis también en Internet si os apetece. Es bellísimo.
Pues si, avanzaba Mari Carmen corriendo con sus dos piernas y llegaba hasta ella el Santo para ofrecerle de bienvenida, no un ramo de rosas, sino un ramo de gatitos que ella acogía en sus brazos.
A la vez una multitud de felinos se había acumulado junto a la puerta porque ellos todos van a saludar a esas señoras que en el Foro de Roma, o en Trastévere, o en tantos rincones del mundo alimentan a las colonias de gatos o a las palomas, a esas señoras en Roma, ciudad de gatos, las llaman “gattare”.
Por cierto os cuento a título de curiosidad que el Papa Benedicto, cuando era cardenal, se paraba con los gatos de Trastévere y les hablaba en bávaro, su lengua natal, siendo él mismo dueño de dos gatos.
Pues bien, Francisco le dijo a Mari Carmen que la nombraba Gattara Mayor del Jardín.
Bueno, perriamigos y gatiamigos, os he contado ésta bonita historia que he vivido hoy y que espero os haya gustado.
Pues todo eso pasó hoy y ahora me voy corriendo al Bosque del otro Lado donde atravesaré la pantalla del ordenador y aterrizaré junto a mi ama la Dama de Girasoles que seguramente me estará buscando por toda la casa con el entrecejo fruncido diciendo “¿donde se ha metido ese dichoso Pippo que hace mucho rato que no lo oigo ladrar?”
Estoy seguro de que mi ama se va a poner contenta al saber que su amiga Mari Carmen ahora es por fin feliz donde está, que ya sufrió mucho durante la vida y le ha llegado la hora de la felicidad y del descanso junto a la buena gente que está por allá arriba y además con todos los gatitos que ella quería.