jueves, 6 de septiembre de 2012

DE COMO MI AMO EL SEÑOR DE LOS PÁJAROS SALVÓ A UNA CIGÜEÑA


-SE ACABARON LAS VACACIONES CON UNA BUENA ACCIÓN
-HISTORIA DE LA CIGÚEÑA PERDIDA

Mis queridos perri-amigos, -!Ay de mi !- se me acabaron las vacaciones playeras. Los niños de la casa, que son como mi jauría particular, guardaron en los armarios los juguetes, las gafas de agua, los pies de pato, toda la infinidad de cachibaches con que los niños juegan, y yo también, sobre todo quitándoles los juguetes y saliendo “patas para que os quiero”...bueno, pues todo eso se terminó.
Y yo me quedé solo. Aburridísimo.
Si, solo, solo, solo, mirando a las gaviotas que por fin están tranquilas habiendo recuperado su territorio antes ocupado por los turistas, viendo también a los patos del laguito a sus anchas, a las golondrinas que llenan las barandillas de la terraza cuando descansan en su emigración a África y se pone a lloviznar.
Si, eso es lo que queda. Todo el mundo emigró o está emigrando, incluso la cigüeña que se iba aEgipto y aterrizó, no se sabe porqué, en una calle de Playa de Aro.
!Pobre cigüeña! De repente se había quedado sola en una calle, había perdido a sus hermanas y lo único que veía era niños que corrían detrás de ella, y claro, la cigüeña corría también como podía pero además había coches en la calle que podían atropellarla.
Pero de repente vino un señor a todo correr, paró el tráfico, empujó dulcemente para no asustarla a la cigüeña dentro de un jardín, pidió ayuda a unos municipales que a su vez pidieron ayuda al SEPRONA, que como sabéis se ocupan de rescatar a la fauna silvestre en dificultad, y al fin, entre todos, con una red la cogieron sin lastimarla y se la llevaron.
Bueno, pues fue afortunada de encontrarse con mi amo el Señor de los Pájaros, gracias a él ni la atropelló ningún coche ni le tiraron piedras los niños, cosa que por desgracia ocurre con cierta frecuencia, los veo cuando tiran piedras a las gaviotas aunque no las dan porque son mucho más ágiles ellas y levantan el vuelo.
Así puedo deciros que terminamos el verano con una buena acción.
Espero que la cigüeña haya podido retomar su camino al África de los faraones.
Me temo que también nosotros vamos a emigrar a Barcelona donde pasaremos unos días.
Allí viviré otras experiencias y conoceré a otros perros.
Lo confieso, odio las maletas y odio también los viajes en coche, pero me temo que por éste año la playa se acabó.



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