-YA NO PUEDO CORRER CON TODOS LOS NIÑOS DETRÁS.
-YA NO PODEMOS LADRAR Y GRITAR JUNTOS.
-AUNQUE LOS REYES ME DEJARON UN HUESO DE JUGUETE,ME ABURRO PORQUE ELLOS NO ESTÁN. EL JUGUETE ME LO COMÍ EN UNA HORA AUNQUE ERA DE GOMA BIEN DURA.
Queridos amigos míos de Internet, se han acabado las vacaciones de Navidad y estoy triste.
Debo reconocer que al principio me enfadé cuando me pusieron un árbol en mitad del salón,que como es sabido por todos !ES MI TERRITORIO PERSONAL!, es decir, para que quede claro, mi TERRITORIO PERSONAL es toda la casa contando desde el pavimento 20 centímetros para arriba, incluidas las alfombras por donde me revuelco y me encantan. Pues bien, el dichoso árbol al principio no me gustó.
Me gustó un poco más cuando vi que el día de Navidad y el día de Reyes aparecían debajo unos paquetes con regalos para todos. Eso estaba bien y puedo decir, aunque no me vais a creer que el Árbol de Navidad sonreía.
Porque los árboles también sonríen, sobre todo cuando tienen pájaros en sus ramas o juguetes cerca de su tronco.
El Belén es una preciosidad que yo puedo mirar poniendo mis patitas con cuidado en el borde del arcón donde está puesto. Además,mis amos,después de mis reiteradas protestas,pusieron un perro en el portal cerca del Niño Jesús donde había un exceso de ovejas y ni un representante canino.
Otra cosa que me ha encantado de la Navidad es que la casa se llenara de niños que hacían muchísimo ruido, sobre todo cuando ellos gritaban y yo a la vez ladraba.
A mi lo que más me gusta es cuando se tiran por el suelo en mi famoso territorio de los 20 centímetros por encima del pavimento. Me lo paso de miedo mordiéndoles los zapatos, los calcetines y los jerseys, aunque mi ama se enfada si hago algún agujero y me chilla de modo que yo salgo pitando a esconderme debajo de una cama.
También me divierto quitándoles los juguetes y corriendo por toda la casa con ellos chillando a mis espaldas. Yo mi juguete de goma dura me lo comí en una hora. Como me como todos los juguetes, pues no tengo juguetes.
Pero en fin. Lo bueno se acaba, las vacaciones de Navidad también.
Los Reyes dejaron sus regalos debajo del árbol sonriente y poco a poco, los niños han empezado a marcharse.
A Javi y Gonzalo los veo con frecuencia porque viven cerca. Sin embargo, Dalia y Antoni se han ido a Amsterdam donde viven.
Mis amos me han enseñado una foto de Amsterdam y es una ciudad bonita con muchos canales donde viven cisnes, patos y zancudas sin que nadie les moleste. !Qué país tan civilizado!
La casa sin los niños está muy triste. !Qué pena!
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