-SE FUERON TODOS
-YA NO PUEDO OLER EN SUS MANOS A HELADO DE CHOCOLATE
Ocurrió lo que me temía. Mis hermanitos humanos se han ido y ya no puedo dormir con ellos cerca de su cama. No puedo más hundir mi hocico húmedo en una de sus manos caídas al borde de la cama y oler muy deprisa entre las rayitas de su palma si quedaba residuo de olor a mar o helado de chocolate.
Se fueron. Aún los veo saludándome por el cristal posterior del coche con lágrimas en los ojos.
A los niños y a los perros nos gusta el verano, jugar juntos corriendo como diablos por toda la casa en fila india detrás de una pelota.
Si, me gusta jugar con ellos aunque sera al parchís o a las cartas. Nos poníamos todos en redondel tirados en el suelo y cuando tiraban los dados yo empujaba el dado con el hocico e incluso me lo metía en la boca y salía corriendo con todos detrás.” !Pippo se ha llevado el dadoooo!”-oía yo, y después a la Dama de Girasoles: “!Pipooooo...escupe ese dado inmediatamente!.”
A veces nos sentábamos en uno de los bares de la playa y mientras los jefes de la tribu se tomaban una cerveza, nosotros los pqueños nos tirábamos como buitres encima del plato de las patatas fritas, que a mi también me daban. Lo que no me gustan son las aceitunas.
También me sentaba con ellos cuando hacían los deberes y os puedo decir que casi he aprendido a leer y sumo y resto bien aunque todavía no he entendido las multiplicaciones y divisiones.!Será el año que viene!
Ayer los niños llamaron por teléfono y dijeron que como les faltaba una semana para empezar el cole, les habían apuntado en un campamento donde había caballos (Quede claro que los perros somos más divertidos que los caballos) y que habían duchado y peinado al caballo e incluso le habían dado de comer.
!Me parece una traición!
Ayer por la noche vagué desolado por toda la casa buscando a los niños. No estaban y lloré mucho. Mis amos me regañaron. Hoy no he querido ni una patata frita y no he dormido en mi cama canina en la habitación de los jefes de la tribu.
Por protesta he dormido en el diván.
Me han dicho que lo que me pasa es que tengo el síndrome del nido vacío.
Ocurrió lo que me temía. Mis hermanitos humanos se han ido y ya no puedo dormir con ellos cerca de su cama. No puedo más hundir mi hocico húmedo en una de sus manos caídas al borde de la cama y oler muy deprisa entre las rayitas de su palma si quedaba residuo de olor a mar o helado de chocolate.
Se fueron. Aún los veo saludándome por el cristal posterior del coche con lágrimas en los ojos.
A los niños y a los perros nos gusta el verano, jugar juntos corriendo como diablos por toda la casa en fila india detrás de una pelota.
Si, me gusta jugar con ellos aunque sera al parchís o a las cartas. Nos poníamos todos en redondel tirados en el suelo y cuando tiraban los dados yo empujaba el dado con el hocico e incluso me lo metía en la boca y salía corriendo con todos detrás.” !Pippo se ha llevado el dadoooo!”-oía yo, y después a la Dama de Girasoles: “!Pipooooo...escupe ese dado inmediatamente!.”
A veces nos sentábamos en uno de los bares de la playa y mientras los jefes de la tribu se tomaban una cerveza, nosotros los pqueños nos tirábamos como buitres encima del plato de las patatas fritas, que a mi también me daban. Lo que no me gustan son las aceitunas.
También me sentaba con ellos cuando hacían los deberes y os puedo decir que casi he aprendido a leer y sumo y resto bien aunque todavía no he entendido las multiplicaciones y divisiones.!Será el año que viene!
Ayer los niños llamaron por teléfono y dijeron que como les faltaba una semana para empezar el cole, les habían apuntado en un campamento donde había caballos (Quede claro que los perros somos más divertidos que los caballos) y que habían duchado y peinado al caballo e incluso le habían dado de comer.
!Me parece una traición!
Ayer por la noche vagué desolado por toda la casa buscando a los niños. No estaban y lloré mucho. Mis amos me regañaron. Hoy no he querido ni una patata frita y no he dormido en mi cama canina en la habitación de los jefes de la tribu.
Por protesta he dormido en el diván.
Me han dicho que lo que me pasa es que tengo el síndrome del nido vacío.
ay pippo
ResponderEliminarque triste que se fueron tus amiguitos, me ha conmovido tu historia,me has hecho sentir lo que tu sientes. Eso es la vida, encuentros y despedidas. Todo cambia. Pero tienes algo que no se va, la dama de los girasoles, el senor de los pajaros, ah y como no, la reina madre. Que mas necesitas, claro que no son ninos, pero te quieren mucho, y no pueden correr tras de ti ni delante tuyo,pues se desatornillarían. Eres un perro muuuy afortunado, y te lo mereces, das amor y te dan amor... gracias pippo por escribir tus historias cotidianas, muy bonitas e inspiradoras... ya nos veremos cuando andes por aca
...Por cierto, me encanta, cada vez me gustan mas las aventuras de pippo, realmente me saboreo lo que dice, lo vivo, escribes de tal manera que hace me me sienta yo el perro, que viva lo que esta viviendo, eso es extraordinario tienes un talento especial para escribir asi, cuando expresas las sensaciones logras que uno se meta en el personaje totalmente, todavia siento el sabor a chocolate de las manitas de los ninos colgando de la cama....
ResponderEliminar