martes, 23 de diciembre de 2014

ADIOS QUERIDA AMIGA Y COMPAÑERA PERRITA DUNA

 
Mi adorada perrita, hoy he tenido que tomar una de las decisiones más difíciles de mi vida, llevarte a urgencias para acabar con tus sufrimientos.
Yo pensaba que los perros no tenían cáncer pero, para mi desgracia, estaba equivocada y esa terrible enfermedad, en tres días, te ha deteriorado tanto que te impedía incluso ponerte de pié.
Te quiero tanto, aún a pesar de tu pérdida, que no se qué va a ser de mi vida ahora sin ti.
Levantarme por las mañanas y no encontrarte en el sillón durmiendo, no poder decirte ¿hola mi niña, como estas? ¿has dormido bien? Esas caricias que nos hacíamos al reencontrarnos me van a faltar y me duele tu ausencia porque sé que ya nunca podré volver a tocar tu pelito tan sedoso ni meter mi cara en tu cabecita que por cierto nunca olió a perro.
Los que te han conocido, te han querido porque siempre fuiste cariñosa, dócil, tierna con todo el mundo. Realmente no sé cuantos perros puedan decir que han sido tan queridos en sus vidas. Los mayores recuerdan anécdotas contigo, los niños, simplemente te quieren.
Recuerdo el día que entraste en nuestras vidas. Era San Antón, yo había soñado que Obi, nuestro anterior perro, me hablaba y me decía que acogiera a otro perro, que había mucho amor en mi corazón para él y que debería dar ese amor a otro que estuviera vivo; se lo dije a Pablo y lo entendió, por eso, juntos , fuimos a una perrera que él conocía, Allí había muchos perros esperando, solo tú no nos miraste, eras negra y parece ser que los perros negros no son queridos por la gente ( que estúpidos, no saben lo que se perdieron) supongo que no nos miraste porque no querías hacerte ilusiones.
Tere la veterinaria nos recomendó quedarnos contigo, parece ser que te habían abandonado porque estabas preñada y no querían problemas, ella dijo que habías sido una buena madre, los cachorros ya no estaban contigo. También nos dijo que eras muy buena aunque un poquito tragoncilla y así, poco a poco, nos fuimos enamorando de ti.
No me he arrepentido ni un solo día de nuestra vida juntas de haber tomado esa decisión.
No podría haber encontrado a otra con la que encajara tan bien. Suelo decir que menos parirte, te conocía como a mis propios hijos ya que, con una mirada sabía lo que necesitabas;  siempre te has hecho entender y si hubieras hablado no podrías haberlo hecho mejor. Hasta mi madre dice que sólo te faltaba hablar para ser perfecta.
Cómo resumir catorce años de una vida tan maravillosa. Tú has conseguido que cada miembro de la familia pensase que era el más querido por ti; a todos hacías fiestas cuando los veías y yo siempre me quejaba de que a mí no me las hacías pero en el fondo yo sé que si a alguien amabas de verdad era a mí.
Me encantaba que, cuando estaba arreglándome en el baño, de repente se abriera la puerta y ver asomar una naricita negra por ella; necesitabas saber donde estaba yo en cada momento para estar tranquila.
Estuviste en las ocasiones más importantes de la vida de mis hijos, sus bodas, el nacimiento de sus hijos y los posteriores juegos de éstos contigo. Jamás enseñaste los dientes a pesar de que te tirasen de las orejas del rabo, de la lengua o te usasen como caballito. A ellos los querías mucho y disfrutabas cuando los veías, estoy segura de que también ellos te quieren a ti, por eso han venido a despedirse y te lo han dicho y para que también el momento de la despedida, quede para siempre en sus vidas.
No estaba preparada para dejarte ir pero tú has sido, como siempre, tan comprensiva que, el día seis de diciembre, después de haber visto a toda la familia reunida, decidiste dejar de comer: Creo que entendiste que tu ciclo estaba cumplido y fuiste tan generosa que me liberaste de tener que tomar una decisión que me estaba partiendo el corazón. Comprendí que querías irte, que no te sentías bien y que sabías que yo no podía hacerlo, por eso te estaré siempre agradecida.
Desde el día de San Antón del 2002 nos has regalado tu vida, una vida tan preciosa que al mirar hacia atrás sólo veo cosas buenas y bonitas, años en los que lo hemos compartido todo, desde desayunos a abrazos y mimos, momentos que siempre estarán en mi memoria porque tú mi perrita adorada eres inolvidable.
¡Y pensar que yo tenía prevención a escoger una perra! Se suele decir que las perras son más problemáticas por aquello del celo….. qué tontería, la bondad, la dulzura de mi perrita querida eran inigualables, por eso creo que serás la última perra de mi vida; has puesto el listón demasiado alto como para que otro animal llegue a él.
De verdad, mi amor, mi niña preciosa, mi perrita amada, no sé cómo voy a vivir sin ti; son demasiados años los que hemos vivido la una para la otra como para poder olvidarlos, además no quiero olvidar y mucho menos olvidarte porque tú estás, junto a Obi, en un lugar destacado dentro de mi corazón.
Cuando Manolo llegó a nuestras vidas ya éramos dos y también él te ha querido porque tú le querías mucho a él; dicen que los animales tenéis un sexto sentido para conocer a las personas buenas; supongo que por eso mismo os quisisteis tanto.
Pablo vino conmigo a buscarte y también vino conmigo a decirte adiós  y con la alegría del principio se cerró el ciclo en el dolor de la despedida.
Los niños también se acordarán de ti con mucho cariño; fuiste la primera perra de sus vidas, los mayores porque compartieron contigo juegos y risas, los pequeños porque aprendieron a no temer a los perros gracias a tu buen carácter y a que nunca les enseñaste los dientes ni tuviste un mal gesto con ellos a pesar de que ellos, debido a su corta edad, no comprendían que podían hacerte daño, sobre todo al final cuando te dolían los huesitos.
Los amigos, Brozas, la Antilla, gentes y lugares que yo sé que amabas y que te amaban a ti; vida vivida contigo y personas que te han querido porque era imposible no quererte. Lugares que ya no veras pero que, cuando estemos en ellos, inevitablemente hablarán de ti.
Mi amor, te quiero, te quiero mucho, a partir de ahora, cuando llegue a casa, sabré lo que es la verdadera soledad, y te echaré tanto de menos que a veces, sentiré como tu querida presencia me acompaña. Llenabas los espacios de forma tan discreta que parecía que no estuvieras y sin embargo, el hueco que dejas es enorme.
Verte tan malita en esos tres últimos días y no poder ayudarte ha sido un sufrimiento también para mí; hubiera dado lo que fuera por evitarte ese jadeo final y la sensación de falta de aire, por todo eso, con el corazón en mil pedazos, he preferido renunciar a verte y evitarte así un final tan angustioso.
Todos han colaborado a ayudarte, Manolo, Javier, Pablo, te hemos acompañado hasta el final pero yo quería que mi cara fuera lo último que tus ojitos vieran en éste momento y que mi voz fuera lo último que tus orejitas oyeran diciéndote “te quiero mi niña preciosa, has sido una perrita muy buena” te tuve agarrada la patita hasta que supe que ya no estabas, que te habías ido y después acaricié por última vez tu pelito sedoso que tan bien conocía y te dije adiós.
Espero y deseo que exista un lugar al que vayan tanto las personas como los animalitos con alma porque tú, mi perrita adorada te lo has ganado.
Te quiero y siempre te querré.
TU AMA CARMEN MARI

1 comentario:

  1. No había leído esta nota de amor de Carmen Mari y publicada por Alicia Redel. Es un grandioso testimonio de amor humano hacia una perrita fiel y noble. De verdad me ha impactado sobremanera, ¿será acaso por mi gran cariño que siento hacia los caninos? El amor manifestado por Carmen Mari me hace recordar el de mi esposa y mío hacia nuestra amada perrita Niña que nos acompañó por 15 años y que falleció el 7 de Febrero de 2021. El amor existe en todas las formas, He aquí una evidencia más que así es.

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